AVALES PARA EMPRENDER
Si el crédito sigue llegando a cuentagotas, pese a lo que digan, a las pequeñas y medianas empresas, el caso de las micropymes, los autónomos y los emprendedores es mucho más dramático. La inmensa mayoría no pasan los scoring, como se llama el primer filtro de riesgo de operaciones de financiación que hacen los bancos.
En estas situaciones es cuando entra en juego un avalista nacido en los años 80, pero todavía bastante desconocido. Las sociedades de garantía recíproca (SGR) avalan el 100% de estos préstamos, que en el 85% de los casos se piden para atender necesidades de circulante o inversiones de cierto tamaño, como la compra de una máquina, o para empezar a exportar. El resto son avales técnicos. Es decir, para optar a licitaciones públicas. Cada comunidad autónoma tiene su sociedad de garantía recíproca. Se trata de entidades sin ánimo de lucro que están respaldadas por el Estado a través de la Compañía Española de Reafianzamiento.
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