¿Por qué 'Avalis'?
Para llegar a elegir el de Avalis, lo primero que se tuvo en cuenta fue que fuera un nombre corto y que, a primera vista, dejara bien claro cuál era el objeto del nuevo proyecto empresarial que se estaba gestante. La palabra aval era una apuesta segura, es corta e identifica claramente cuál es la materia prima de la entidad. Evidentemente, no éramos los primeros que pensábamos: algunas de las SGR que ya existían jugaban con aval para crear la denominación comercial de la empresa. Había que, por tanto, ser algo creativos y encontrar una que no se le hubiera ocurrido antes a nadie.
La bombilla se iluminó mirando un poco atrás: pensamos en el latín y en sus declinaciones para la palabra aval en ese idioma clásico. Y, así, jugando con una conjugación inventada (la palabra aval no tiene declinación o al menos no tiene la que nos podía ir bien), llegamos a la tercera declinación del latín, la del genitivo terminado en 'is': “Aval, Aval -is.“ La tercera conjugación es la que se utiliza para expresar el complemento del nombre, de modo que, en nuestro caso, permite decir que el nombre Avalis indica la razón de ser de la entidad: ”Usted puede recibir un aval de la administración, no es un aval bancario sino que la propia administración avala porque los bancos ofrecen los recursos”.
Sin embargo, como hemos dicho, encontrar el nombre perfecto no es fácil y descubrimos que nuestra elección ya estaba registrada. Sin embargo, los impulsor de Avalis tenían claro su objetivo y consiguieron liberar el nombre y hacérselo suyo. Con el nombre seleccionado, el siguiente paso era convertirlo en un logotipo, sencillo y corporativo, que generara confianza en el nuevo proyecto que, hace 20 años, apenas empezaba a nacer.